La llaman así
porque mata la oración. Al interponerse entre el sujeto y el verbo, corta la
secuencia natural de la acción, despojándola de su sentido
En esta ocasión hablaré de un error de puntuación
bastante común: la coma que se interpone entre el sujeto y el verbo de la oración. La Ortografía de la lengua española es clara al respecto: es incorrecto escribir coma entre el sujeto y el verbo. Y
no es una regla arbitraria: al separar al sujeto, que es quien realiza la acción, del verbo, que es
la propia acción, podemos decir que esta coma mata el sentido de la oración, al
cortar su secuencia natural. Por eso la llaman “la coma asesina”.
Aquí el error es obvio: María y Juan es el sujeto; entraron, el verbo. Una coma los separa, y eso no solo contradice la regla: nos damos cuenta perfectamente de cómo se coarta la fluidez de la idea. Lo correcto sería:
María y Juan entraron
detrás de Pedro.
Vamos a complicarla un poco más:
María, Víctor, Teresa y Juan, entraron detrás de Pedro.
Incorrecto también. No importa cuántos sustantivos se enumeren como parte del sujeto, todos ellos son modificados por el verbo y por tanto, no pueden estar separados de él por una coma. Lo correcto sería:
Vamos a complicarla un poco más:
María, Víctor, Teresa y Juan, entraron detrás de Pedro.
Incorrecto también. No importa cuántos sustantivos se enumeren como parte del sujeto, todos ellos son modificados por el verbo y por tanto, no pueden estar separados de él por una coma. Lo correcto sería:
María, Víctor, Teresa y Juan entraron detrás
de Pedro.
Veamos otro ejemplo más complejo:
Veamos otro ejemplo más complejo:
El nutrido grupo de personas que se agolpaba en la puerta
intentando entrar, impedía cualquier acceso a la oficina.
Aquí no está tan claro, ¿verdad? Y sin embargo, el error sigue siendo el mismo, hay una coma entre el sujeto y el predicado. Solo que el sujeto en este caso es muy largo y el sentido común (al que no siempre es recomendable seguir cuando de reglas gramaticales se trata) nos sugiere que podríamos hacer una pausa antes de continuar. Y de hecho podemos hacerla, pero solo al leer la oración.
Respecto a esto dice literalmente la Real Academia Española: “Cuando el sujeto es largo, suele hacerse oralmente una pausa antes del comienzo del predicado, pero esta pausa no debe marcarse gráficamente mediante coma”.
Aquí no está tan claro, ¿verdad? Y sin embargo, el error sigue siendo el mismo, hay una coma entre el sujeto y el predicado. Solo que el sujeto en este caso es muy largo y el sentido común (al que no siempre es recomendable seguir cuando de reglas gramaticales se trata) nos sugiere que podríamos hacer una pausa antes de continuar. Y de hecho podemos hacerla, pero solo al leer la oración.
Respecto a esto dice literalmente la Real Academia Española: “Cuando el sujeto es largo, suele hacerse oralmente una pausa antes del comienzo del predicado, pero esta pausa no debe marcarse gráficamente mediante coma”.
El nutrido grupo de
personas que se agolpaba en la puerta intentando entrar || impedía cualquier acceso a la oficina.
Según la propia RAE, solo existen dos casos en que aparece
necesariamente una coma delante del verbo de la oración:
1) cuando el sujeto es una enumeración que se cierra con etcétera
(o su abreviatura etc.)
María, Víctor, Teresa ,
etcétera, entraron detrás de Pedro.
(Aquí quisiera hacer una salvedad: en literatura es poco
recomendable desde el punto de vista estilístico usar el etcétera, y en caso de
que se haga con toda intención por algún requerimiento del texto, es preferible
no abusar de él).
2) cuando inmediatamente después del sujeto se abre un
inciso o aparece cualquiera de los elementos que se aíslan por comas del resto
del enunciado.
Mi abuelo, como ya te he contado, era un excelente médico.
Los chicos, cansados, abandonaron el salón.
Debo hacer notar
aquí que esta excepción en realidad no es tal. No estamos colocando una coma
entre sujeto y predicado, estamos colocando un inciso entre ellos, y este
inciso incluye estas dos comas para separarlo del resto. El inciso es algo que siempre
puede ser eliminado y la oración guarda su significado. Ante la duda, solo
tenemos que hacer la prueba:
Mi abuelo era un excelente médico.
Los chicos abandonaron el salón.
Como han visto, las
comas se han ido junto al inciso y las oraciones siguen teniendo sentido.
Por último, si tienen dudas respecto a un caso
específico, no duden en
preguntarme. Siéntanse libres de hacerlo, tanto en un comentario por aquí, como
a través de Twitter o Facebook, de forma pública o privada. Intentaré responder lo antes posible.
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